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SEMABICC se reúne con el WRI

Crear alianzas es lo más importante para el desarrollo sustentable♻️ Hoy nuestra titular Sandra Laffon Leal se reúne con el equipo del Instituto de Recursos Mundiales #WRI, con quienes nos encontramos trabajando y dialogando para intercambiar opiniones e ideas sobre el proceso de bonos de carbono.
¿Qué es un bono de carbono?
Las emisiones producidas por los humanos a través de sus acciones diarias (como el uso de transportes, de energía eléctrica, etc.), son absorbidas por los árboles y contribuyen junto con el agua a que los árboles crezcan. El oxígeno, que es primordial para todos los seres de nuestro planeta, se libera al aire. Es decir, en buena medida el oxígeno se produce gracias a los árboles, que limpian el aire del planeta. El problema es que cada vez hay menos árboles y nuestras emisiones siguen aumentando.
Para medir el carbono que un árbol puede capturar, se toma como base el principio de que la mitad del peso seco de la madera es carbono. Entonces, si medimos el diámetro y la altura de un árbol, podemos saber cuánto pesa y cuánto carbono hay acumulado. De esa forma también se pueden hacer cálculos de cuánto carbono se captura por parcela. La evidencia de que un árbol captura carbono se da por el hecho de que el árbol crece.
La contribución que cada individuo, empresa u organización tiene con respecto al cambio climático, se conoce como huella de carbono. Esta huella se puede medir al cuantificar nuestras principales fuentes de consumo energético, tales como los transportes o la electricidad.
Existen por lo tanto, ciertas emisiones que a la fecha, toda actividad humana produce. Si bien es posible emprender acciones para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, hay ciertas actividades que difícilmente podemos dejar de realizar, tales como transportarnos, utilizar ciertos aparatos eléctricos, encender una estufa para cocinar o encender una computadora para trabajar.
No obstante, es posible que todas aquellas emisiones que no pueden evitarse, sean compensadas a través de proyectos que realizan acciones que en lugar de generar emisiones a la atmósfera, contribuyen a reducir la cantidad de gases de efecto invernadero que se emiten anualmente.
Para garantizar que estas acciones de compensación están sucediendo, los proyectos de captura de carbono tienen que demostrar algunos elementos básicos. Por una parte, estos proyectos tienen que estar certificados bajo algún estándar o seguir alguna metodología reconocida, la cual avale que las acciones que compensación están ocurriendo realmente.
Por otra parte, tiene que garantizarse que la remoción de gases de efecto invernadero es permanente. Lo anterior significa que un bono de carbono no caduca. Al financiar la compra de bonos de carbono en un proyecto certificado, se avala que la compensación de una determinada huella de carbono será de forma permanente.
Funcionamiento del Mercado de Bonos de Carbono
El Mercado de Bonos de Carbono opera de forma similar a otros mercados en los que se tiene un comprador y un vendedor. Las obligaciones del comprador consisten en garantizar que se llevarán a cabo los pagos correspondientes, a fin de formalizar la compra de una determinada cantidad de Bonos de Carbono.
Por otra parte, las obligaciones del vendedor, consisten en garantizar que existen actividades en campo, tales como reforestación y manejo forestal sustentable, las cuales avalan la cantidad de Bonos de Carbono adquiridas por el comprador.
Por la compra de un Bono de Carbono se evita la emisión a la atmósfera de una tonelada de dióxido de carbono (CO2). Para tener una idea de esa cantidad, en México las emisiones de dióxido de carbono de una persona, son en promedio de 7 toneladas de CO2 anuales (de acuerdo al Inventario de Emisiones del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático). Una tonelada de CO2, también representa en promedio, las emisiones de CO2 de un vehículo compacto por cada 5000 km recorridos.
Existen, en general, dos tipos principales de Mercados de Carbono. Uno de los mercados es el de cumplimiento, cuyos miembros son países desarrollados tienen un límite en la cantidad de emisiones de dióxido de carbono que puede emitir a la atmósfera gracias a los compromisos internacionales del Convenio Marco sobre el Cambio Climático Protocolo de Kioto.

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